
El otro día estaba en el centro comercial y tenía a mi bebé en mis brazos. Desafortunadamente, tuve que ponerlo en su coche porque yo estaba sufriendo un espasmo muscular. Le expliqué con amor (aunque él no entiende del todo) que mamá se sentía mal y que tenía que permanecer en su coche un rato.
Mientras, mi bebé estaba haciendo la pataleta de su vida frente a una cajera y una dama. La señora que acababa de pagar, vino a darme unas palmaditas en la espalda inadvertidamente, para decirme: “Es para siempre”. Yo estaba tan disgustada con su acción que solo alcancé a decirle, “lo sé” y nisiquiera pude mirarla a los ojos porque se había ido.
Yo encontré su comentario muy inadecuado, porque yo solo estaba enseñándole con amor a mi niño que en ese momento tenía que hacer lo que yo decía. Nunca le alcé la voz ni hice algo incorrecto. Me pareció como si esa señora creyera que yo estaba cansada de ser mamá, o que yo no tenía ni idea de lo que estaba haciendo. Al final le sonreí a la empleada de la tienda y me fui.
Nunca intervengo de ninguna manera cuando veo a una madre corrigiendo a su hijo. La acción hace ver que la madre está cometiendo una falta delante del niño. ¿Cuál es tu impresión?
Tengo algunas orejitas para las personas que quieren empatizar con las madres en una situación similar:
1. Sonríele a la madre
2. Dile que la entiendes
3. Si ella está pasando trabajo o dificultad, pregunta si necesita ayuda
4. ¿No sabes qué hacer? No hagas nada, por más incómodo que parezca el panorama
¿Tienes más ideas? Compártelas conmigo en los comentarios. ¡O cuenta tu historia! Me encantaría leerte.
Abrazos,
Edaliz